Para realizar las inspecciones, el ayuntamiento destinará un total de 300 agentes que revisarán el contenido de los resíduos. En el supuesto de que detecten que un resíduo esté en un contenedor equivocado, se procederá a la identificación de su propietario por medio de facturas, albaranes, pedidos, o cualquier papel o documento en el que aparezcan los datos del infractor.
Una multa de hasta 750 euros acompañada de la foto del resíduo en cuestión llegará al domicilio del infractor.
Esto puede abrir muchos debates, casi todos en torno al derecho a la intimidad, pero lo cierto es que en la mayor parte de nuestras ciudades, la conciencia con el medio ambiente no es una prioridad. De nada sirve que los ciudadanos nos concienciemos y reciclemos, si los ayuntamientos no ejercen algún tipo de presión.
El hecho de que el ayuntamiento sepa qué tiro a la basura, me parece un precio bajo con tal de que el reciclaje se generalice cuanto antes. Por desgracia y como otras muchas cosas derivadas de la falta de cultura, hay personas que solo reaccionan si hay multas de por medio. Así que, desde MiNatural, estamos de acuerdo con esta iniciativa, que ya ha funcionado positivamente en otras ciudades españolas.
Yo veo esta medida como necesaria dado, como comentas, que no hay todavía concienciación por parte de toda la sociedad. Y creo que se debería prestar una atención especial a todo el material NO reciclado en oficinas (por la cantidad de papel que se tira con la basura orgánica) al mismo tiempo que se facilita esta tarea con contenedores, papeleras con separador de residuos, etc. Muy interesante el post!
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