A priori, el títutlo de este post podría parecer el titular de una revista sensacionalista pseudo-científica. Pero no, este título responde a la cruda y terrible realidad. No es actualidad, no ha ocurrido hoy. Todos los expertos en climatología y cambio climático saben desde hace años que
los hielos del Ártico y Groenlandia retroceden, lo que les alarma recientemente es la velocidad a la que lo hacen. En la imagen adjunta podemos ver el retroceso que se produjo en la década que va de 1992 a 2002. ¿Las consecuencias? pu
es son obvias, subida del nivel del mar, calentamiento de las aguas, cambios en los ecosistemas... No en vano, esta isla cubierta de hielo, contiene nada menos que el 10% de las reservas de agua potable del planeta. Esto traducido en hielo derretido supone una subida del nivel del mar de 7 metros. Una catástrofe de proporciones que actualmente no alcanzamos a comprender. Los plazos dan un respiro, ya que para que ésto ocurra se calcula que quedan unos 2000 años, pero...¿Qué son 2000 años en la edad de la humanidad?, pues muy poco. Y para llegar a ese punto hace falta un largo proceso que ya ha comenzado. Parece ser que hay motivos para pensar que podemos frenarlo, todo está en nuestras manos y en las de las generaciones venideras. El calentamiento gl
obal se puede frenar, pero los plazos son cortos y la implicación de los gobiernos de la tierra no es suficiente. Lo peor es que normalmente no se hace nada hasta que aparecen las consecuencias. Tenemos la grandísima responsabilidad de salvar nuestro hogar, nuestro planeta reaccionando ya, sin más esperas, educando a nuestros hijos en lo imprescindible de respetar nuestros entornos naturales y apreciar cada recurso como un regalo único que nos da la tierra.
Groenlandia es el indicador más grande y claro de lo que está ocurriendo. No es ciencia ficción, es realidad (que siempre es más cruda y cruel). La conciencia ecologista tiene que dejarse de ver como una opción de hippies o perroflautas, debe convertirse en una conciencia global e ir grabada a fuego en las próximas generaciones.
es son obvias, subida del nivel del mar, calentamiento de las aguas, cambios en los ecosistemas... No en vano, esta isla cubierta de hielo, contiene nada menos que el 10% de las reservas de agua potable del planeta. Esto traducido en hielo derretido supone una subida del nivel del mar de 7 metros. Una catástrofe de proporciones que actualmente no alcanzamos a comprender. Los plazos dan un respiro, ya que para que ésto ocurra se calcula que quedan unos 2000 años, pero...¿Qué son 2000 años en la edad de la humanidad?, pues muy poco. Y para llegar a ese punto hace falta un largo proceso que ya ha comenzado. Parece ser que hay motivos para pensar que podemos frenarlo, todo está en nuestras manos y en las de las generaciones venideras. El calentamiento gl
obal se puede frenar, pero los plazos son cortos y la implicación de los gobiernos de la tierra no es suficiente. Lo peor es que normalmente no se hace nada hasta que aparecen las consecuencias. Tenemos la grandísima responsabilidad de salvar nuestro hogar, nuestro planeta reaccionando ya, sin más esperas, educando a nuestros hijos en lo imprescindible de respetar nuestros entornos naturales y apreciar cada recurso como un regalo único que nos da la tierra. Groenlandia es el indicador más grande y claro de lo que está ocurriendo. No es ciencia ficción, es realidad (que siempre es más cruda y cruel). La conciencia ecologista tiene que dejarse de ver como una opción de hippies o perroflautas, debe convertirse en una conciencia global e ir grabada a fuego en las próximas generaciones.
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